miércoles, 15 de junio de 2011

INICIACIÓN A LA CATA SENSORIAL DE LOS VINOS 2




La cata consiste en probar un producto cuya calidad queremos apreciar, buscando por medio de nuestros sentidos, sobre todo el gusto y el olfato, sus defectos y cualidades. En la cata de vinos es pues, un conjunto de métodos y técnicas que permiten apreciar sus propiedades, llamadas organolépticas, mediante los órganos de los sentidos.

El cuadro siguiente nos da una visión muy clara sobre la intervención de los sentidos en la degustación del vino:


Órganos
Sentidos y sensaciones
Características percibidas


OJOS
Visión
Sensaciones visuales
Color, limpidez, fluidez, efervescencia, intensidad y transparencia.

ASPECTO
NARIZ
Olfato
Sensaciones olfativas ( vía nasal)
Aroma, “bouquet”

OLOR





GUSTO
Olfato
Sensaciones olfativa (vía retronasal)
Aroma de boca, “bouquet” interno





CUERPO
Gusto
Sensaciones gustativas
Sabor o gusto
Persistencia, equilibrio
Tacto
Sensaciones químicas
Reacción de las mucosas
Astringencia
Picante, irritación
Tacto
Sensaciones táctiles
Sensaciones térmicas
Consistencia, fluidez
Untuosidad, cuerpo
Temperatura


viernes, 10 de junio de 2011

INICIACIÓN A LA CATA SENSORIAL DE VINOS


Vamos ha publicar una serie de pasos para poder iniciarnos en la cata sensorial de todo tipo de vinos, los contenidos serán periódicos y constantes para que todo aquel que quiera se sume a seguir esta guía de iniciación, espero que sea de vuestro agrado.

Introducción:

La cata consiste en probar y realizar con atención el análisis de un vino mediante los sentidos. Este acto se realiza para descubrir su naturaleza, analizar sus virtudes y sus defectos.
Hoy en día resulta más factible realizar este trabajo ya que tenemos más conocimientos existentes sobre el mundo del vino y mucho más en nuestro país en cuestión por la gran bibliografía existente.
La finalidad es transmitir ese conocimiento a todos los interesados por el apasionante mundo del vino el cual tiene su parte objetiva y subjetiva que, tras seguir unos pasos teóricos, podrán valorar su parte subjetiva.
A medida que los años han ido pasando el mundo del vino se ha ido poniendo de moda. La sociedad quiere tener unos conocimientos mínimos sobre como catar un vino, pero muy pocas personas son capaces de hacerlo.
Personalmente, estoy muy interesada en este mundo del vino porque vivo rodeada de cooperativas y viñas en donde hay una elevada producción de vinos y me ha parecido interesante mostrarles la degustación de una cata de vino ya que en nuestro país hay una gran tradición y es de un gran interés nacional.

martes, 17 de mayo de 2011

Mas vinos de D.O. Rías Baixas

Bodega: Bodegas Viña Nora
D.O.: Rías Baixas
Tipo de vino: Blanco joven
Variedad(es):100% Albariño
Crianza: No tiene
Grado alc.: 13 %

Cata:Amarillo dorado brillante. Intenso en nariz, con recuerdos melosos y de frutas cítricas. De entrada fresca, sabroso, con peso de fruta en la boca. De carácter definido y notable persistencia aromática.





Bodega: Bodegas Viña Nora

D.O.: Rías Baixas

Tipo de vino: Blanco fermentado en barrica

Variedad(es):100% Albariño

Crianza: 7 meses en barricas nuevas

Grado alc.: 13 %

  • 94/100 puntos Guía Peñín
  • 92/100 puntos Guía Proensa
  • 89 puntos Robert Parker/ Jay Miller
  • 2 lacres (excepcional) Guía TodoVino
  • 16/20 puntos Elmundovino.com
  • Silver International Wine and Spirits Competition 2008


Cata:Sin perder uno sólo de los matices de su clásica expresión varietal, gana el vino en complejidad de su secuencia aromática. Fino, elegante y franco, con presencia nítida de la fruta, al lado de otras notas sutiles de hinojo, laurel y madera ahumada. Vivo y muy fresco, rico en matices, con longitud de sabores en boca. Está preparado para su degustación a lo largo de los próximos años.

lunes, 9 de mayo de 2011

PREMIOS CHALLENGE INTERNATIONAL DU VIN

En la reciente edición de estos prestigiosos premios se han colocado ocho de nuestros vinos en los mejores puestos de la tabla. La clasificación queda de la siguiente forma:


-Una medalla de oro para Terradouro 2010.



















































-Tres medallas de bronce que se repartieron Viña Mein 2010, Eidos de Padriñan 2009 y Val do Sósego 2010.




martes, 3 de mayo de 2011

Vocabulario de la cata


Aquí os dejo un completo vocabulario de cata para todo el que quiera consultarlo, salir de dudas o mejorar su técnica.

 A:

Abocado: Vino con tendencia hacia lo dulce.
Acabado: Vino bien terminado, equilibrado, con un gusto final concreto y distinguido.
Acerbo: Sensación de acidez, dureza, aspereza, entre picante y acre, que puede -o no- aminorarse con el envejecimiento.
Acético: Olor a vinagre, propio de un vino atacado por fermentos dañinos.
Acidez: los ácidos naturales de la uva le conceden al vino sano vivacidad y frescura, contribuyendo a la formación de su bouquet. La falta de acidez produce vinos flojos y débiles. Su exceso provoca efectos ásperos y picantes en la lengua. No confundir esa necesaria acidez con lo ácido, defecto producido por uvas inmaduras o de dudosa calidad.
Acídulo: áspero y picante.
Acritud: desagradable aspereza por exceso de acidez.
Afable: suave, armonioso, grato.
Afrutado: aroma en el que se destacan las características de la uva madura que generalmente aparece en los vinos frescos.
Agridulce: sabor defectuoso de un vino que se ha elaborado descuidando la temperatura.
Aguado: débil, flojo, falto de cualidades.
Aguja (vino de): tipo de vino que, sin llegar a ser efervescente, pica en el paladar y la lengua.
Ahumado: sutileza en el aroma y el sabor que recuerda precisamente al humo y que es notoriamente más suave que el de los alimentos ahumados. Es propio de algunas uvas blancas.
Alegre: vino de gran vivacidad y tersura.
Alma: carácter, personalidad de un vino.
Almendras amargas: olor desagradable que señala un defecto.
Alterado: que no ofrece las características de un vino normal a causa de accidentes o enfermedades.
Amargo, amargor: sensación gustativa desagradable en un vino que señala defectos. Sólo es aceptable en ciertos vinos que se usan como aperitivo o en el vermut.
Amianto: residuos poco agradables que pueden dejar las placas de filtrado, produciendo vinos apagados y alcalinos.
Amistoso: vino amable, fácil de tomar, complaciente.
Amplio: vino armonioso y equilibrado, con sabor persistente y cualidades sobresalientes
Añada: año de cosecha (ver Vintage).
Apagado: opaco, insípido, falto de acidez. En el caso de los espumantes, señala la pérdida de burbujas.
Armónico: vino equilibrado, que produce sensaciones gratas
Aromas: conjunto de sensaciones olfativas. Se habla de aromas primarios, que son los derivados de la uva con que está elaborado un vino; aromas secundarios, que obtiene durante su elaboración y de aromas terciarios, que desarrolla durante su crianza.
Aromático: vino fragante, rico en aromas y gustos, donde resaltan los aromas primarios.
Áspero: vino que, por contener demasiado tanino, produce esa sensación táctil en boca.
Astringente: sensación seca que no debe confundirse con lo amargo. Se percibe fundamentalmente en las encías (produciendo la impresión que se contraen las mucosas).
Ataque: primera impresión que causa el vino en la boca.
Aterciopelado: vino sedoso, suave, meloso, que acaricia el paladar.
Austero: tosco y severo, sin complejidades.
Avinagrado: acético, echado a perder, desechable a causa de una infección.
Azufrado: olor volcánico, caliente y picante. En algunos vinos jóvenes puede ser inofensivo y desvanecerse en contacto con el aire.
Azúcar: glucosa y fructuosa que posee naturalmente la uva cuya gran parte se transforma en alcohol durante la fermentación. Al resto que queda, se le llama azúcar residual, presente en todos los vinos, aún los secos.


Balsámico: generalmente un defecto que aparece en ciertos blancos que han retenido demasiado sabor de maderas.
Basto: vino tosco, áspero, de baja calidad.
Blando: vino endeble, sin personalidad, falto de carácter.
Bouquet: en realidad, sintetiza el conjunto de aromas terciarios obtenidos por el vino durante su crianza, aunque generalmente se aplique el término para designar el agradable y característico aroma de un vino.
Breve: vino cuyo sabor se diluye rápidamente, sin dejar sensaciones posteriores.
Brioso: lleno de vitalidad, vigor y frescura.
Brillante: impresión visual que produce un vino de perfecta limpidez, con reflejos cristalinos.
Brut: champagne o vino espumoso seco (menos de 15 gramos de azúcar por litro). El extra-brut es aún más seco (menos de 6 gramos). El nature, no tiene agregado de azúcar en su licor de expedición.


Carácter: vino que posee características propias y distintivas en su categoría.
Característico: que refleja el estilo y el carácter de su uva, de su lugar de origen y hasta de la añada.
Carnoso: vino denso, espeso, que llena bien la boca, menos alcohólico que un vino de mucho cuerpo.
Casta (o de raza): vino noble, que resalta los valores de la uva con que está elaborado.
Cocido: olor poco definido, que oculta la fruta y denota falta de frescura.
Complejo: conjunción armónica y equilibrada de distintos aromas y sabores.
Corcho (olor a): defecto de un vino al que se le ha contagiado olor del corcho en malas condiciones y suele confundirse con olor a moho. Los franceses utilizan el término bouchonée para describirlo.
Corpulento: vino masculino y rico en alcohol y vigor.
Corto: que queda muy poco tiempo en el paladar. No necesariamente de mala calidad.
Coupage (o vino de corte): una mezcla de distintos vinos o cepajes.
Cremoso: suave, rico en sabor y textura.
Cubierto: tinto oscuro y poco transparente
Cuerpo: peso y volumen del vino en la boca, muchas veces relacionado con su contenido alcohólico. Medio cuerpo: ni ligero ni denso.


Débil: vino poco definido, pobre en fruta, alcohol o carácter.
Delicado: vino poco robusto, pero agradable.
Decrépito: vino en el fin de su vida útil, que se ha arruinado o perdido sus virtudes con la edad.
Dejo: matiz o nota de un descriptor aromático en el aroma o el sabor de un vino.
Delgado: vino de poco sabor y acidez elevada.
Delicado: atractivo y equilibrio en un vino ligero.
Denso: más que corpulento, con mucho alcohol y extractos, color intenso y mucho cuerpo.
Denominación de Origen (D.O.): Indica el lugar de origen de un vino, garantizado por una organización cuyo objetivo es proteger las características de la producción de la zona. Existe también el término Denominación de Origen Controlada (D.O.C).
Desabrido: vino sombrío, apagado, insípido.
Descarnado: vino pobre el alcohol y extracto seco.
Desequilibrado: vino mal constituido, que no ha logrado armonía por exceso o falta de alguno de sus componentes.
Despojado: de sabor reducido, generalmente por excesos en su proceso de clarificación.
Desvaído: vino de poca consistencia en el paladar, que ha perdido sus atributos. En muchos casos se debe a una indeseable oxidación.
Distinguido (o elegante): que tiene refinada calidad, rasgos de nobleza y pureza, con notable armonía.
Duro: con exceso de tanino o de acidez. Con el tiempo puede desaparecer.


Empalagoso: vino pesado, excesivamente dulce, sin la conveniente acidez.
Enérgico: de carácter marcado, incisivo.
Encabezado: vino al que se le ha agregado alcohol para detener su fermentación y elevar su tenor alcohólico.
Enmohecido: olor desagradable que generalmente produce la oxidación. Suele confundirse con el olor a corcho.
Equilibrio: la armonía entre todos los componentes del vino. Conjunción armónica entre acidez, dulzura, taninos y alcohol.
Especiado: aroma y sabor a especias, sensaciones condimentadas.
Espumante (o espumoso): vino efervescente, que ha obtenido burbujas en una segunda fermentación -espontánea o inducida-, como el Champagne. En los vinos gasificados, la efervescencia se logra por inyección de gas carbónico.
Estructura: tiene que ver con la armonía que se logra entre los taninos, el ácido, el alcohol y el azúcar. Se puede hablar de estructura fuerte o débil.
Extracto: sólidos solubles de un vino que determinan sus características de color, aroma y sabor.


Fácil: vino suave, de textura fácil, sin aristas sobresalientes.
Fatigado: recién trasegado o filtrado. Presenta aromas y gustos confusos, debilitados.
Femenino: no quiere decir débil, sino que tiene delicadeza, elegancia, seducción.
Fermentación: transformación del azúcar de la uva en alcohol etílico y gas carbónico por medio de las levaduras.
Fermentación maloláctica: proceso mediante el cual el ácido málico se convierte en ácido láctico, suavizando al vino.
Fino: de calidad superior. En el caso de los vinos de Jerez, es el de mayor distinción, el que no tiene mezclas ni es endulzado.
Firme: con buenos taninos y/o acidez, con gusto incisivo.
Flexible: fácil de apreciar, con una combinación acertada de virtudes. Suave, complaciente.
Flojo: débil, endeble. Puede tratarse de un vino pobre o de un defecto de decrepitud.
Floral, florido, fragante: con aroma a flores. Puede ser de flores en general o de flores de viña en particular, que es positivo y ampuloso.
Fresco: vino joven que conserva la vitalidad y acidez.
Frutal, frutado o afrutado: es un vino que conserva el perfume de la uva madura y fresca que no se ha transformado durante la fermentación. También se aplica al hallazgo de otras frutas.


Garra: firmeza y potencial de desarrollo.
Generoso: vino especial criado en ciertas regiones, como el Marsala y el Oporto. Rico en alcohol y azúcar.
Goloso: vino con elevados azúcares residuales.
Graso: vino que llena la boca, untuoso y suave, con cuerpo y alto contenido en glicerina.
Gris: vino rosado de color muy tenue, afrutado, firme, fresco.


Herbáceo: con aromas y sabores vegetales. Su exceso es no deseable porque se relaciona con vinos jóvenes toscos o elaborados descuidadamente.


Incisivo: con exceso de acidez.
Indeciso: que todavía no se ha desarrollado y puede llegar a más.
Insípido, soso: sin sabor y con muy poca acidez.

Insulso: sin valores distintivos, que no tiene casi nada para ofrecer.
Intenso: opuesto a superficial. Indica riqueza y puede aplicarse al color, al bouquet o al sabor.


Joven: fresco, con la acidez de la juventud.


Lágrimas (o piernas): huellas que marcan los glóbulos que descienden por las paredes internas de la copa después de agitar el vino. Pueden ser indicios de un vino generoso. Lágrimas gruesas y bien definidas revelan alto grado alcohólico, glicerina y sólidos disueltos.
Largo: que deja una huella que perdura en la boca. Característica positiva.
Levadura: olor de los fermentos. Aparece en los vinos con fermentación secundaria. Se busca en los champagnes.
Ligero: de bajo tenor alcohólico y poco cuerpo.
Límpido: transparente
Limpio: ausencia de olores extraños o desagradables.
Linaje: cualidades nacidas de la combinación de clima, suelo, cepas y técnicas de producción excelentes.


Madera: olor distintivo y deseable derivado de la correcta crianza en barricas de madera (las mejores son de roble). Puede, sin embargo, ser negativo por exceso de contacto entre el vino y el recipiente.
Maderizado: vino oxidado que recuerda poco agradablemente a la madera. Olor denso, gusto apagado y color oscuro en un vino blanco.
Maduro: vino en su plenitud de madurez, antes de empezar su decadencia. Con uvas maduras se obtienen vinos ricos en color, dulzor y riquezas naturales.
Magro: aguado, pobre, falto de cuerpo.
Málico (ácido málico): fresco aroma a manzanas crudas que puede encontrarse en ciertos vinos jóvenes. Es propio de algunas variedades de uvas blancas.
Masculino, varonil: vino con mucho cuerpo, incisivo, hasta agresivo.
Meloso: suave, agradable, sin aristas ni estridencias.
Metálico: vino defectuoso por indeseable contacto con elementos de metal.
Miel: fragancia característica de ciertos vinos dulces y maduros que puede originarse en las propias uvas o en un prolongado añejamiento en botella.
Millésime: palabra francesa para distinguir a un vino elaborado en un año de cosecha excepcional, que se declara. Se utiliza fundamentalmente en los champagnes.
Moho: sabor indeseable debido a defectos de las uvas o al mal estacionamiento.
Mordaz: elevada acidez y altos taninos que hablan de un buen vino joven. Puede suavizarse con el tiempo.




N:

Nervioso: vino de cuerpo, con taninos altos, pero todavía inmaduro. Es cualidad positiva que indica que puede crecer y, al aquietarse, convertirse en un gran vino.
Neutro: sin carácter definido. Suele ser el resultado de varios vinos mezclados que se anulan mutuamente.
Noble: de buena talla y linaje, con gran elegancia. También suele aplicarse para describir a vinos más o menos comunes o económicos que tienen dignidad.


Opaco: a la vista, sin brillo. En nariz y boca, débil, falto de interés.
Oxidado: gusto apagado y desagradable en un vino -por diversos motivos- con excesivo contacto con el aire.


Pasado: enfermo, en malas condiciones. Puede sucederle a los vinos con exceso de crianza.
Pasificado: olor cálido que revela una elaboración a partir de uvas con exceso de sol y poco riego.
Pastoso: rico en extracto seco o en glicerina.
Pedernal: nota aromática que recuerda al de las chispas del pedernal o la yesca que aparece en ciertos vinos blancos junto con el ahumado.
Peleón: término usado por los españoles para designar a un vino común, vulgar, de mala calidad.
Penetrante: poderoso, de aromas potentes.
Perfume: agradable cualidad aromática que muchas veces evoca a flores.
Persistencia: conjunto de sensaciones que se mantienen y que es posible medir.
Pesado: vino desequilibrado, con exceso de alcohol y taninos.
Petillant: término francés que designa a los vinos con muy ligeras burbujas. Ver Vinos de Aguja.
Picado: con exceso de ácido acético, avinagrado.
Picante: vinos blancos o tintos jóvenes con acidez fresca y atractiva.
Piel de cebolla (pelure d'oignon para los franceses): se usa para describir un color algo anaranjado, rojizo, que adquieren algunos tintos con la edad.
Plano: sin atributos, carente de acidez y fruta.
Pobre: que carece de carácter o calidad, aunque no necesariamente sea malo o inaceptable.
Poderoso: muy corpulento
Posgusto o retrogusto: sensaciones que permanecen en la garganta y las fosas nasales después de haber tragado el vino. Pueden ser negativas si el vino no es bueno y, de modo positivo, señalar a un gran vino que deja un largo y grato recuerdo.
Positivo: señalado y apreciable.
Precoz: que ha madurado pronto para su edad o añada.
Profundo: vino que parece tener capas subterráneas de sabor.
Pungencia: sensación que provoca en la lengua el impacto del desprendimiento de anhídrido carbónico.


Rancio (olor a): impacto olfativo desagradable que puede ser producido por malos corchos y que puede desvanecerse en minutos. No sucede lo mismo cuando el vino está afectado por el contacto con uvas en malas condiciones. Hay quienes sostienen que, en algunos vinos, se trata de una especie de maderización que puede llegar a exaltar cualidades.
Raza: otra palabra para referirse al linaje, a la casta de un vino.
Recio: fuerte, masculino, con abundante alcohol y alto tánico.
Redondo: bien equilibrado, maduro, armónico, agradable al paladar, sin aristas.
Refinado: gracioso, delicado, distinguido.
Refrescante: con agradable acidez que calma la sed.
Rico: de sabores intensos y generosos producidos por el conjunto de fruta, sabor, alcohol y extracto.
Rígido: algo severo, tal vez inmaduro, que no deja percibir sus aromas y sabores.
Roble: importante factor en la elaboración de vinos finos y complejos. Las barricas de madera de roble retienen asperezas y confieren aromas y sabores positivos cuando son moderados e indeseables cuando su presencia agresiva tapa al vino.
Robusto: un buen vino que llena la boca, consistente, con vigor, de cuerpo, redondo.


Sabroso: cualidad de ciertos blancos jóvenes frescos, vigorosos y vivaces.
Sano: es la primera condición que tiene que tener un vino. Su sanidad se revela en un aspecto transparente, en olores y sabores limpios, sin defectos.
Savia: un vino con savia está en su plenitud y tiene sabor y aromas pronunciados, vivaces.
Sazonado: rico, especiado.
Seco: que no es dulce, sin azúcares residuales.
Sedoso: que tiene textura firme, pero suave al paladar. Se encuentra en los buenos vinos de postre.
Semi-dulce: que contiene abundante azúcar natural, pero no llega a vino de postre (aunque no combina con comidas).
 Semi-seco: con algo de azúcar residual, pero lo bastante seco como para aperitivo o acompañante de ciertas comidas.
Sensual: opulencia de sabor y textura, que impacta los sentidos.
Severo: duro, inflexible, quizás inmaduro.
Suave: sedoso y aterciopelado, meloso, de tacto agradable. Armonía de taninos y acidez.
Superficial: que no es intenso ni profundo.
Sutil: cualidades veladas, complejidad no manifiesta.


Tánico: designa, por lo general, a un vino duro y astringente.
Taninos: sustancias preservantes que se extraen de los hollejos y las pepitas de la uva. Influyen en el color, la textura y parte del sabor del vino.
Terruño (terroir en francés) es el término y concepto que designa al todo ecológico que se integra y conjuga en el suelo, el clima y las características propias de un terreno donde se cultivan viñas.
Tostada, pan tostado. Agradables aromas que suelen detentar grandes blancos y champagnes.
Tranquilo: ni de aguja ni espumante. Se emplea para designar a los vinos base para la elaboración de espumosos.


Vainilla: distintiva sustancia aromática tánica generalmente conferida al vino por la madera.
Varietal: vino elaborado a partir de uvas con un mismo cepaje. Puede ser varietal 100%. De acuerdo a lo permitido por reglas legales, para poder ser llamado varietal, debe tener un predominio de hasta el 75% de una sola cepa.
Velado: con poca limpidez o transparencia.
Verde: vino aún inmaduro, elaborado con uvas inmaduras.
Viejo: con excesiva madurez, falto de frescura.
Vigoroso: vino joven, de sabor positivo, sano y vital.
Vinoso: que tiene aroma y sabor naturales del vino. Es positivo y agradable, tiene carácter firme y cualidades intensas.
Vintage: categoría de vinos de Oporto producidos en años con cosechas excepcionales. En la Champagne, señala que su añada corresponde a una cosecha excepcional.
Vitalidad: aplicable a vinos frescos y jóvenes o a un vino añejo que mantiene condiciones juveniles.
Volátil (acidez volátil): en mayor o menor medida, se halla presente en todos los vinos. Su exceso es indeseable y puede ser la primera señal hacia el deterioro acético.
Voluptuoso: equilibrio entre lo suave, dulce, grado, afrutado y maduro.

domingo, 1 de mayo de 2011

Los sumilleres madrileños se rinden al vino de la comarca


Los sumilleres madrileños se rinden al vino de la comarca
Héctor Díaz .Madrid - 30-04-2011


Más de 40 sumilleres y maitres de reconocidos restaurantes de Madrid participaron en la tarde de ayer en una presentación de las distintas marcas pertenecientes a las 25 bodegas amparadas en la D.O. Monterrei, un acto que se desarrolló en la sede de la Asociación de Sumilleres y que contó con la presencia de Nacho Costoya, campeón de España de Maitres de 2010 y Nariz de Oro, así como un firme defensor de los caldos de Monterrei.Antonio Méndez Atanes, presidente del Consejo Regulador, explicó a las asistentes algunas de las características de estos vinos, aún poco conocidos fuera de Galicia, ya que la Denominación de Origen es relativamente reciente puesto que fue aprobada en el año 2004.
Méndez Atanes aseguró que con este tipo de actos lo que se pretende es que los profesionales de la hostelería tengan un mayor conocimiento de los vinos que se producen en la comarca, tanto de los tintos como de los blancos, y que tienen un mismo denominador común: su calidad.
OPORTUNIDADES
En este sentido el presidente del Consejo Regulador afirmó que todas las bodegas están implicadas en la elaboración de vinos de calidad. 'Con un buen producto podemos llamar a cualquier puerta, y sobre todo en una región como Madrid, que cuenta con más de seis millones de habitantes, y con un consumo interesante en vinos, así como con un gran potencial de clientes siempre dispuestos a probar cosas nuevas'.
Para Méndez Atanes existen algunas condiciones en la comarca que hacen que estos vinos se diferencien de otros de Galicia, a pesar de emplear en su elaboración las mismas variedades de uva. En este sentido destacó el clima mediterráneo templado con influencias del Atlántico, así como una pluviometría de 600 mm. anuales, la mitad que en el resto de Galicia.
Antonio Méndez reconocía que la respuesta obtenida en Madrid suponía un primer paso para la proyección de los caldos de la zona, pero también indicaba que ahora tienen que ser las propias bodegas las que continúen impulsando sus vinos, siempre apostando por la máxima calidad. 'Nosotros podemos presentar los vinos o reunir a destacados profesionales, pero de nada serviría este trabajo si luego las bodegas no lo continúan por su cuenta'.
Fuente:
http://www.laregion.es/

Regalos para el día de la Madre

No sabes que regalo le puedes hacer en el día de la Madre?
Decidete por un vino con sabor a Galicia y acompáñalo con algo de marisco de las Rías listo para degustar y no tener que llevarse el trabajón.

 VINO, MARISCO, O LOS DOS