domingo, 24 de abril de 2011

El Reloj de sol

Los hombres son como los vinos: la edad agria los malos y mejora los buenos.
Marco Tulio Cicerón (106 AC-43 AC) Escritor, orador y político romano.

 El trabajo siempre a dignificado y ensalzado a las personas y el tiempo es la única riqueza que todo hombre posee. Cuando una persona comienza un nuevo proyecto, con la única finalidad de obtener el fruto que solo nos puede ofrecer el tiempo y el trabajo, el resultado puede llegar a ser una verdadera sorpresa para nuestros sentidos.
ADRAL simboliza esta unión. La imagen de su etiqueta corresponde al Reloj de Sol que se encuentra en el Adrio (atrio o patio) del pazo donde se ubica esta pequeña bodega, y nos insinúa como el sol va madurando lentamente las uvas Albariñas que proporcionarán el dulce mosto del que obtendremos esa libación digna de los paladares más exigentes y selectos.
La viticultura aquí no tiene secretos; se entrelazan la sabiduría tradicional con las técnicas modernas de laboreo. Hay que reconocer que gracias a la pequeña extensión de viñedo y a la baja producción de estos, en busca de la calidad más óptima, se facilita el trabajo pero no podemos olvidar que pocos proyectos pueden encaminarse en este sentido y salir airosos.
La vendimia es la parte que más me ha sorprendido, las mujeres con la experiencia de los años cortan los mejores racimos y los hombres cargan sus cajas y las transportan hasta la puerta de la bodega, hasta aquí todo es normal. Lo curioso es que nadie puede entrar en la bodega, las cajas se descargan en una despalilladora que separa cada grano de uva y lo lleva hasta la prensa, a partir de este momento una sola persona se encarga de todo el trabajo como un celoso padre y comienza a darle forma al resultado final del duro trabajo de todo un año; una labor no exenta de riesgo ya que en apenas tres días te juegas el resultado de una larga campaña cargada de dificultades y obstáculos que se han ido salvando día a día.



El resultado final es el esperado por el autor, por que este producto nació para satisfacer a su creador cuya única intención era crear un reflejo de como veía la vida, el tiempo y el trabajo; después decidió compartirlo con los demás amantes de los vinos y con los pocos que puedan encontrar una de estas escasas 6000 botellas que ha puesto en el mercado Javier Álvarez.

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